Hotel Solitario

Voy a ganarme a pulso la etiqueta de reiterativo, incluso también la etiqueta de crispador, soez y maleducado. Lo asumo, sin complejos.

Acabo de enterarme de la retirada de cargos por enaltecimiento del terrorismo contra Arnaldo Otegi por parte del fiscal Fernando Burgos, por lo que el presidente de la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Nacional ha tenido que poner, al bueno de Arnaldo, inmediatamente en libertad al concluir juicio, "este Tribunal no tiene nada contra usted".

A estas alturas ya sabrás lo que te vas a encontrar, un hombre completamente encabronado por la nación en lipotimia a la que mi DNI me hace estar atado. Estás en lo cierto, como buena parte de los españoles también lo están. Así están las cosas, aunque no debe sorprender a la vista de como están las cosas últimamente por el patio del colegio, en donde cada noticia del Gobierno podría ser considerada una auténtica infamia de no ser porque tristemente son ciertas. Pero a mí, a estas alturas de la película, todavía me sorprenden estas cosas, aunque teniendo en cuenta en que país vivimos y de quien hablamos, debo de ser un auténtico gilipollas por seguir creyéndome el cuento.

Vivimos en un Estado en donde se gobierna a base de telediario, fútbol y caña en el bar, en dónde cada grupo de amiguetes decide que ya va siendo hora de tomar el Congreso y que las cosas cambien, todos sabemos lo que hace falta para que las cosas vayan a mejor. Como yo estoy haciendo desde aquí. Pero no nos engañemos, eso nunca sirvió ni servirá de nada. Nos tocan con su varita mágica esa que usan los titiriteros atribuyéndole las operaciones con que sorprenden y entretienen a los espectadores (RAE dixit).

Y al pan pan y al político leyes. Decía Pérez-Reverte en un artículo que en España tenemos más leyes que en toda Europa junta, pero nadie las cumple. Tiene razón. Vivimos en una España de diarrea normativa, para nada, para aparentar que así se solucionan problemas, para hacer creer que ese año el político profesional ha trabajado mucho.

El resumen de todo mi pensamiento sobre todo lo que ha sucedido hoy (por ayer) es: No podemos seguir viviendo en una democracia en dónde un gobierno desgina quien va a ser el manda más de los fiscales. No podemos seguir viviendo en un país en donde el Fiscal General del Estado diga lo que tienen que hacer el resto de fiscales. No podemos seguir viviendo en un país en donde las leyes no las tienen que cumplir todos por igual, y en donde se retuercen los procedimientos judiciales en clave política. ESPAÑA NO PUEDE SEGUIR BAJO UNA DEMOCRACIA FORMAL. Sólo si nos gusta vivir de ilusiones.

Hoy he escuchado, como algo premonitorio: "Yo no quiero un desgobierno con talante, quiero un gobierno con talento".