Hotel Solitario

canción: "Días extraños" de Nacho Vegas & Bunbury del disco "El tiempo de las cerezas"


Ya sé que existen excepciones, emisoras independientes nadando contra la corriente, contra los índices de audiencia. Pero no hablo de esas bellas excepciones, hablo de las grandes emisoras estatales, esas que seguramente se te están viniendo a la cabeza aquellas por las que solemos hablar de radio fórmulas.

En todas ellas ha desaparecido el auténtico "pincha discos", ese DJ ha pasado a ser un controlador de la base de datos del ordenador que ordena que música suena y cual no... todo ello en representación de las compañías, estudios de mercado y demás enseres de la industria musical. No es que se esté coartando la libertad de ese locutor que antes disfrutaba haciendo sonar los acordes de esa canción que le tiene enamorado, simplemente sabe lo que hay, o lo tomas o lo dejas, aunque suene aburrido o desgraciado. Al fin y al cabo la emisora solo busca audiencia, darle a la gente lo que pide, aquello que en la televisión denominamos telebasura.

La mejor prueba de que todas las emisoras suenan igual la tuve hace poco días, en el coche, lugar al que cada vez acudo con más frecuencia para escuchar el último disco, las novedades y las viejas canciones, en resumen, mis éxitos de ayer y de hoy. La radio de mi automóvil ofrece, como muchas otras, la posibilidad de presintonizar seis emisoras (evoluciones de la técnica para no memorizar ni diales, ni para andar buscando cadenas mientras estás en un atasco o a 120km/h), y de esas seis emisoras, dos de información general y cuatro musicales. A medida que vas zapeando entre emisora y emisora, me doy cuenta que en pocos años todas ponen lo mismo, la canción que suena ahora en una estará a los diez minutos en la otra, sino es esa seguro que es una de ese mismo grupo, es que hasta lo "éxitos de ayer" son siempre los mismos... El éxito de una fórmula, sin locutores, sin desconexiones, la mínima publicidad, tiene que valer para el resto, debió de pensar algún iluminado.

Pues yo digo y creo, que alguna, por lo menos alguna de esas de esas cuatro podría darse cuenta de que de eso ya estamos saturados, que lo verdaderamente contra la corriente es volver a apostar por el locutor que pone esos temas que a una gran audiencia le hacen sintonizar dicha emisora, sin tener que limitarse por una lista de canciones que tiene que sonar esa semana. Quiero pensar que llegará un día en que aquellas monedas que echábamaos en una gramola para escuchar la música que nosotros queríamos (ahora ya será en sms), no volverán a colarse por la rendija de un windows media con su reproducción en curso. Que la música no sea solo un estudio de mercado, de audiencias, de radio fórmulas cada vez más estrechas, de que cada vez todo se parezca más entre sí. Aunque siempre quedan esas bellas excepciones.

canción: "Septiembre" de Chema Vargas del disco "Mundo en espiral"

Al mirarme a los ojos veo muchas cosas sobre mí y sobre los demás que me rodean, sobre todo de lo que me rodea, de esa incapacidad de la gente para comprender lo que yo estoy comprendiendo ahora. No somos distintos de nadie, aunque nos esforcemos por ser completamente alternativos por ese corte de pelo que nos diferencie, por esa camiseta que nos diferencia, por esos zapatos que nos diferencien, por esas palabras sin masticar que nos diferencien. Y todo eso es la basura que nos han vendido para que sigamos creyendo que somos diferentes. Nos creemos superiores a mucha gente, es más nos creemos superiores al resto de la humanidad. Nosotros somos los más avanzados, los más modernos, los más libres, los más civilizados. Y no dejamos de ser la misma basura de especie que lleva dentro ese maldito gen de Caín impregnado de envidia y muerte.

La muerte. Conducimos nuestros huesos recubiertos con nuestra podrida piel como si fuese una vida verdadera, entera, plena, feliz, escapando del sabor de la derrota, sé consciente de que no es así. La vida. Exiliados volamos hacia la muerte. Esa es la única verdad, vida y muerte. Sin mayor sentido que el que nosotros queramos darle, y eso también da igual porque hagamos lo que hagamos todo va a seguir siendo lo mismo. Porque realmente da igual todo, la música, los poemas, la pintura, aquella chica tan distante y fría por la que soñaban todos, aquel primer beso, tu familia, nada es importante. Ni ellos son distintos, ni Cervantes, Becquer, Pound, Kelsen, Mozart, Velázquez, y un largo etcetera, nadie se libra, por mucho que digan que sobresalieron, al final se quedarán en nada, cuando se extinga el mundo, nadie conocerá jamás su existencia.

Al mirarme a los ojos no veo más que la nada, y es duro, pero eso es lo que no quieren ver, que sus vidas al final se resumen en NADA. A no ser que uno le de un sentido.

canción: "Canción de amor" de Lisandro Aristimuño


Vuelvo de nuevo a la noria, vuelvo de nuevo a girar. Porque elegí una tarde para seguir dando vueltas, un alma en un horizonte sin horas, disparando atardeceres con los ojos abiertos, para que en aquella noche (cuando te pongas triste) cuando serena me mires, puedas mirarte y ojalá pueda estar donde menos te lo esperes extendiendo la red que sujeto sueños rotos y derrote los imposibles.