Wednesday, November 01, 2006

Viejas cintas

canción: "Si supieras" de Nena Daconte
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Cada cierto tiempo, uno, inmerso en mirar a su alrededor y decirse "¡Cómo han pasado los tiempos!" desempolva sus viejas cintas de audio, esas que generalmente tenían el título de "Varios".

En ellas, nació mi amor por la música, mi inquietud por conocer nuevos sonidos, nuevas canciones. Tu amigo te enseñaba una nueva letra, una nueva guitarra, y tú se lo enseñabas a él. Las viejas cintas no entendían de internet, de redes, de mulas, de Mp3, nisiquiera de iPod, pero hacían dentro de sus posibilidades la misma función: compartías con tu gente la música que te gustaba, sonaban en el coche o en aquellos walkman que hoy nos parecen del pleistoceno. Pero así era, y no eramos unos infelices, ni apreciabamos menos la música, más bien todo lo contrario.

Las cintas tenían que ser de 60 minutos, pues decían que las de mayor duración (90, 120) estropeaban el radiocasete, o te chupaban las pilas que daba gloria. Nunca lo comprobé lo suficiente. Pero creo haber grabado cientos de cintas de ese tipo. Como bien dijo Itxu, a propósito de su libro "creo que la cinta que sale en la portada de mi libro es la típica cinta que ha tenido todo el mundo en su coche". Es cultura popular.

Su sonido tampoco es que sea tan especial como el de un vinilo, ¿que va! ni su magia, ni su purismo. Tampoco llega a tener un audio tan excelente como tiene el cd. El concepto estético de un Lp comprado en casete es de lo más triste, feo, chabacano y cutre que ha paradido la madre patria gasolineril. Pero que le vamos a hacer, no dejaba de tener su encanto. Pero como al disco en su momento, a la pobre cinta de 60 también le iba a llegar su hora

Las ventajas de la evolución tecnológica son evidentes. Nuestras grabaciones caseras, sin mayor tecnología que un simple micrófono (que tenía que ser algo mejor que uno de fisher price) perfectamente enrollado en un palo de escoba (o fregona) enchufado a la cadena de música, han dado paso al grabador de sonidos de Windows, al del Mp3, a programas semiprofesionales de grabación con micrófonos de mucha más calidad que los del todo a cien. Ya se perdieron esos ruiditos de fondo, el subir el volumen casi al máximo para escucharnos, el jugar con los altos y graves, etc, etc, etc.

Comments:
Las cintas son a televisión española lo que los CD a la televisión por satélite.

Con las cintas te tragabas lo que estaba grabado, si pasabas las canciones se te gastaban las pilas o el dedo. Eso sí, te sabías que la canción X de la cara A coincidía con la canción Y de la cara B, así que hacías bucles sin final, de canción en canción.

Con los CD casi nunca escuchas de un tirón los recopilatorios. Te saltas:

a) las canciones que tu colega insiste en ponerte en todos los recopilatorios -aunque él no se dé cuenta-;

b) aquellas canciones que ya tienes mil veces grabadas pero sólo que has escuchado dos veces -¡como ya las has escuchado!-;

c) la canción freaky de tu colega, su rareza última que quiere compartir contigo y que apreciarías si la escuchases más allá del segundo 30, pero de la que siempre pasas;

d) excepto cuando vas de viaje, pocas veces escuchas las últimas canciones del CD.

A pesar de todo, me quedo con la calidad de un CD, escuchado en un coche con calefacción, de noche, en un viaje largo.
 
¡¡¡Qué suerte no sentirse reflejado en alguien tan poco agradecido como el que describes!!
 
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