Wednesday, April 26, 2006

fragmento de "La venganza de Don Mendo"

canción: "Ahora sé que estás" de Mikel Erentxun del disco "El abrazo del erizo"
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MENDO
Primero
me arranco la vida.
¡Voy a verla! Sí. ¿Qué incoa
mi espíritu? Lo que incoe
ya mi cerebro corroe.
¿Mas qué importa que corroa?
¡Aspid que en mi pecho roe,
prosiga tu insana roa
que aunque soy digno de loa
no he de ser yo quien loe!
¡Fuerzas, cielos, porque al vella
querré matalla y mordella
y eso sería delatalla!
¡Juro a Dios que he de miralla
y escuchalla sin vendella!
Mas si juré no perdella
también vengarme juré
en la infausta noche aquella.
Y he de vengarme; sí, a fe.
¿Mas qué haré, que intentaré?
¿Cómo vengarme podré
si lo que juré, sé que
lacra mi boca y la sella?
¿Cómo, ¡ay Dios! compaginallo
si este desengaño ¡ah!
no puede dejarme ya
ni tiempo para pensallo?
(Saca el puñal, lo besa y lo contempla con arrobo.)
¡Puñal de puño de aluño!...
¡Puñal de bruñido acero,
orgullo del puñalero
que te forjó y te dio bruño!...
Puñal que en mi mano empuño,
en cuyos fines estríes
hay escritas con rubíes
dos frases cada cual más bella:
"Si hay que luchar, no te enfríes.
Si hay que matar... descabella."
Tú con tu lengua me llamas
y deshaces mi congoja,
pues teniendo yo tu hoja
no he de andarme por las ramas.
Penetra, puñal, en mí,
llega pronto al corazón
y a quien te pregunte, di
que a pesar de su traición
adorándola morí.
(Ocultando el puñal al ver que se abre la puerta.)
¡Mas ya llegan: maldición!
¡Qué lindo tiempo perdí!
(Entran en escena, primero dos frailes cisterdianos, caladas las capuchas, luego Don Nuño, Don Pero, Doña Ramírez, el Abad con su gran mitra, Don Juan, Don Tirso y Don Crespo, tres nobles de Pravia, frailes, soldados, etc. Por último entra Magdalena, con el traje de boda, apoyada en Doña Ninón.)
Un fraile... dos frailes... Mi mente no sueña.
El Conde Don Nuño... Don Pero, la dueña...
El Abad mitrado, los nobles pravianos,
que los tres son primos porque son hermanos...
¿Pero y ella?... ¿Y ella?... ¿Dónde está, vive Cristo?...
(Entra Magdalena, Don Mendo se estremece.)
¡Ah! ¡Por fin la he visto! ¡La he visto!

MAGDALENA
¿Dónde está quien mi paz turba?
¿Dónde está, que quiero vello?
¿Dónde está el que fue motivo
de los celos de Don Pero?
¿Es éste?

PERO
¡Sí!

MENDO
(¡Cuan hermosa
está con su traje nuevo!...)

MAGDALENA
Pues escuchad: ante todos
digo que su muerte quiero,
que si importunóme vivo
no ha de importunarme muerto.
Yo juro que nada mío
ha sido nunca de Don Mendo;
que él, que me escucha, responda
si digo verdad o miento.

MENDO
Dice verdad.

DOÑA RAMÍREZ
(Es un primo.)

(...)

MAGDALENA
No he terminado. Un momento.
Por lo males que me fizo
pido a todos que ahora mesmo
y aquí mesmo le empareden;
y para escarnio y ejemplo,
le dejen fuera una mano,
la mano del brazo diestro.

MENDO
(¡Caray, qué bruta!)

(...)

MENDO
Basta ya de sufrimientos;
acabemos de una vez
y con altivez ¡pardiez!
esta vida de tormentos.
(A los frailes, sacando el puñal)
Se empareda a los villanos,
no a los hombres de raigambre.
Sed testigos, cistercianos,
de que muero por mis manos
y emparedan a un fiambre.

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